sábado, 6 de agosto de 2016 | By: Unknown

Ramón Elías Laffita

El rito calcinaba los ojos del vidente…

R. Elías Laffita
Ramón Elías Laffita
(Baracoa, 1968)


Ramón Elías Laffita (Baracoa, Cuba 1968). Poeta y narrador. Miembro de la UNEAC. Tiene publicado los siguientes libros de poesía: Las tribulaciones de Adán (1991); Contaminados por la sombra (1998); Sueño mágico (2002); Palabras hacia la noche (2005); Sótanos con olor a brea (2015). Y como compilador de la antología poética: “Espacio Mínimo” (2008), Ganadores del concurso literario “Juan francisco Manzano, La Habana Vieja. Ha recibido importantes premios en diferentes certámenes: Regino Boti (1990), Luís Rogelio Nogueras (1995) y mención especial en el Concurso Internacional Nosside Caribe, Editorial Letras Cubanas (2004). Su obra ha sido reseñada y publicada en varios países.

Sótanos
con Olor a Brea
(2015)


Sátiros en la Noche



Minutos antes de la danza
el fuego fue majestuoso.

Los vasallos bailaron
hasta quebrar las piedras
sin más ejército que la penumbra.

Avancé por entre los juncos
sobre el polvo
donde solía narrar historias
             a los muertos
y el río casi durmiente
apenas se dejaba escuchar.

Aquella danza haló mi cuerpo
hacia el collado.

Misterio y reposo parecían mezclarse
y al verme entre las brasas
los vasallos
se despojaron de su túnica
y fui testigo de la tibieza
con que se ama la barbarie.

Pude sentir la gloria
                    el saliveo
           los mordiscos
en un ritual
donde ya éramos sátiros.

Desde la explanada
lo nogales sucumbían en la noche
y a la luz de un candil
los sexos se mostraban
como en un laminario.

El rito calcinaba los ojos del vidente.

La danza
es su abisal destello
fenecía.



Escipión

   

Así era mi sueño.

Verte venir por los acantilados
hacia la playa
como alguien     que el mar
le ha devuelto la vida.

Así de simple ha sido.
Así de simple te has mirado
para no devolver el temor
ni la ausencias.

He quedado a la orilla del mar
tal vez por tu venida
o por el sensual destello 
que despiden las tardes.

Te veo venir.
y rozo con mi cuerpo el arrecife.

La túnica de percal recuerda las noches.
Clásicas noches en Alejandría. 



Muelle de Luz

  

A Luís Cernuda




Vendrá el mar a incendiar
al diente-de-perro.

Vendrá la noche a acuñar
nostalgia y salitre.

Vendrán los amores prohibidos
a contemplar esa luna
que los charcos sostienen.



El Susto      La Brevedad       El Equilibrio




Con el tiempo el amor llega a impacientarnos.

Tomo conciencia de lo que puede vivirse
y cada amanecer es un cristal enorme.

La historia de mi casa la resumo
en levantarnos y arrojar la comida
del día anterior
al cesto de la basura.

Hasta ayer los años golpearon nombres
que ya no existen.

Abro los ojos a la rompiente alegría del amor
y el susto      la brevedad      el equilibrio
brotan como resina.



Siglo VI Antes de Cristo



Por el ancho sendero que da al mar
todas las tardes el esclavo
entraba a un bosque de bambúes.

Podía observarlo.

Hasta palpar su carne
despojada de las telas.

La espalda      el torso
dibujaron la sed sobre la hierba árida
y el sonido de los bambúes
daba la sensación
de una total intimidad.

El esclavo abría su cuerpo a los placeres:
frugalidad repartida por toda la estancia
acaso pulpa
o resina
en las tardes de septiembre.

Qué has hallado en el amor.
Qué has hallado más del sometimiento.

—Exhibirlo tal vez.

Como el que exhibe un trofeo
a los comerciantes.



Ciudad Inexistente




Con el cañonazo de las nueve
he puesto los recuerdos en vilo      Carlos III
ya no tiene el matiz de aquellos años
(donde era lógico amar la realidad
pese al descontrol y la desidia).

Recuerdo que las estatuas
eran montoncitos de arenas ilegible
de barro crudo
que podíamos chapotear agua
como niños en jerarquía.

Antiguos edificios daban fastuosidad
al guiño de los amantes
al orine bajo las piedras
sin importar la pátina en las paredes.

Quedaba el gusto por los Beatles
por el alcohol
por una María Callas
que resurgía de la música.

Allí estábamos
silenciados por una bombilla de mercurio.
Hoy vuelvo a Carlos III
a una ciudad inexistente.


Con los Años


A Pablo

  

Con los años
la poesía escarba en el hueco
de aquellos silencios que no soportamos.

Los poetas se venden
o se alquilan
y hasta escriben su propia sátira.

Ver las barcas
desde un aire casi oscuro
asombrarse del lavabo mal construido
resultan imágenes
que el poeta
ya no quiere expresar.

Sótanos    brea y salitre
reparten su lumbre.

Abro zanjas a la soledad
y la poesía
ata un bosque al recuerdo.

Con los años
escribirte es un error.
Dejo al poeta en la ventana
y te hago amar repetidas veces.



Portadas del Libro:
Sótanos con Olor a Brea.
Autor: Ramón Elías Laffita.
Editorial: Letras Cubanas (2015).
Ediciones: Unos & Otros (2016).

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