miércoles, 29 de junio de 2016 | By: Unknown

Ramón Palomares

“No dejaré de volver
Voy a iluminar las ventanas
Voy a enredar las crispe de las yeguas.
No dejaré de volver.
No dejaré de volver.”

Ramón Palomares

Ramón Palomares
(Trujillo, 1935 - 2016)


Ramón David Sánchez Palomares (Escuque, Edo. Trujillo, 1935 - 2006). Poeta, ensayista y Licenciado en Lenguas Clásicas por la Universidad de los Andes (ULA). Fue Maestro y Profesor titular de Literatura de la Universidad de los Andes. Sus poemas aparecieron en revistas tales como: El Papel Literario de El Nacional y la Revista Nacional de Cultura. Entre sus Premios figuran: Premio Municipal de Poesía del Consejo Municipal de Caracas; Premio Nacional de Literatura (1975); Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora (2006) y el Premio Iberoamericano de Literatura (2010). Entre sus obras destacan: El Reino (1958); Paisano (1964); Honras Fúnebres (1965); Santiago de León Caracas (1967); Adiós Escuque (1968 - 1974); El Vientecito Suave del Amanecer con los Primeros Aromas (1969); Elegías1930 (1980); Alegres Provincias (1988) y Vuelta a Casa (1992 - 2006).


El Reino
(1958)



Máscaras



He aquí que existimos en el límite de la mentira
que nuestra vida es impalpable
que estas personas representadas pertenecen
a un dueño de otro orden.

Cumplimos cabalmente en escenas
ante el gran público. Así recreamos bajo los astros
y acudimos a una cita en los vientos
saliendo al paso de nuestras fiestas.

nuestro corazón está prestado a otros personajes,
murmuramos un sueños y nuestros labios no son responsables,
somos bellos o nobles según la circunstancia.
Nos asalta un delirio azaroso
y caemos en los escenarios bajo una voluntad extraña.
Y no tenemos vida,
pues andamos sobre ruedas en un país desconocido
cuyas flores nos interesan de manera frívola
y cuyas mujeres nos aman en alcoba de falsedad.

Producimos un fuego y su corazón azul
crepita con más fuerza en el nuestro
en tanto arden los leños a la manera de sangre.

Nos permitimos ser extraños. falsos.
Llevar una emoción no sincera.
Mientras andamos, desterrados de nuestro cuerpo
de un interminable paseo.



Paisano
(1964)


Tierra de Nubes




El Noche

A Oscar Sambrano Urdaneta

Aquí llega el noche
el que tiene las estrellas en las uñas,
con caminar furioso y perro entre las piernas
alzando los brazos como relámpago
abriendo los cedros
echando las ramas sobre sí,
muy lejos.

Entra como si fuera un hombre
a caballo y pasa por el zaguán
sacudiéndose la tormenta.

Y se desmonta y comienza a averiguar
y hace memoria y extiende los ojos.

Mira los pueblos que están
uno en ladera y otros agachados en los barrancos
y entra en las casas
viendo cómo están las mujeres
y repasa las iglesias por las sacristías y los campanarios
espantando cuando pisa las escaleras.

Y se sienta sobre las piedras
averiguando sin paz.



Baile



He quebrado el sol
soy una baraja que brilla
por el cerro están mis estrellas.

Allí estuve una vez, riéndome
y me echaba el pelo en la espalda y cantaba
y todos se quedaban quietos y se quedaban
encantados.

He venido envuelta en fuego sobre las lomas;
vuela el quejido de su boca
y vuelan sus cantos y los embrujadores labios que estallan
en lirios de la noche;
de la medianoche a las tres, de la medianoche a las tres
fatales
de la madrugada.
Cuando el músico arrequinta el cuatro
y giran los pies
y la sala se quema.

No dejaré de volver
Voy a iluminar las ventanas
Voy a enredar las crispe de las yeguas.
No dejaré de volver.
No dejaré de volver.




Adiós Escuque
(1968 - 1974)



El Patiecito


A Pedro Parayma



Me dijo mi padre el Dr. Ángel
― ¿Qué haces Rómulo?
―Estoy desyerbando el patiecito
voy a sembrar
Pero…
¿Adónde está lo que te di Rómulo?
¿De qué estás viviendo?
―Bueno soy escribiente padre
Escribiente.
―Entonces
No fuiste lo que yo soñé
―Ay padre
lo que soñaste se lo llevaron las aguas
Ahora sólo hay malezas
malezas ¿ves?
Estoy limpiando el patiecito.



Alegres Provincias
(Homenaje a Humboldt)
(1988)


(Fragmento)


Un pequeño Barco viaja hacia América. Entre todos los barcos grandes y pequeños este barco lleva un Dragón. El Dragón se pasea por la cubierta entre los peces voladores: con un termómetro de plata sondea la fiebre marina, con sus largos ojos de serpiente trabaja la noche. El Soñador, el Dragón va en busca del mundo. Es un pequeño barco en viaje hacia América pero sólo él entre todos lleva un Dragón.

Ser Dragón supone tener demasiado sueño; sueño que reconocer, que bordar en alguna selva, algún océano, alguna tempestad… Las temperaturas del agua le descubren un torbellino y una fuente que recorre jardines marinos y crestas de cordilleras hace mucho tiempo fundidas en coral.



Vuelta a Casa
 (1992 - 2006)



Más allá del Rocío

A mis amigos de entonces
los Pérez Negrón


¿Y qué hay más allá del rocío?
―No me olvides dijo la elevada palmera,
Reventaban allí estridentes cigarras,
mañanas moteadas, plomizos vapores…
Hay un pequeño estanque, piedra aferrada a una pintura,
grueso amarillo y
 rojo,
andan, nadan, se agreden y arrullan unos patos tiznados,
gansos de pluma vieja y maltratada
Y es sábado
y el Sr. Ángel –un ángel grueso, zurdo y bondadoso
trae libros con dibujos
salen hadas, princesas, reinos, bosques, brujas, murallas
en ascendentes remolinos
y al mediodía los jobos esparcidos más allá del arroyo se
alborotan
y removiendo los aires y las nubes.
Zumos, aromas, el amarillo todo, la luz toda
¡Vaya algarabía!



Vuelta a Casa



Aceptemos que todo sea entramados
y no el camino vuelto un cauce viejo,
o sendas polvorientas donde canta la arena…
hablo de otras veredas, seda y aire
que han tendido la araña y las abejas
y que conducen por un patio pequeño
al otro lado de la huerta,
por donde vamos de regreso a “la casa”
perdiéndola, añorándola
para con gajos de algún fruto muy denso
arrancarnos la sed que ha venido mordiéndonos
a cada paso, en cada asecho
sin que el orden enjuto y los ojos agudos
sequen la risa y el ensueño
levantados de ese humo, de esas tejas sin tiempo
que unas mujeres ya sin rostro curtieron,
en flor de cal terrosa
con amor sin fatiga y fe dulcísima.

Dios las tenga en su gloria.


VÍDEO / RAMÓN PALOMARES

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