El rito calcinaba los ojos del vidente…
R. Elías Laffita
Ramón
Elías Laffita
(Baracoa,
1968)
Ramón
Elías Laffita (Baracoa, Cuba
1968). Poeta y narrador. Miembro de la UNEAC. Tiene publicado los siguientes
libros de poesía: Las tribulaciones de
Adán (1991); Contaminados por la
sombra (1998); Sueño mágico
(2002); Palabras hacia la noche
(2005); Sótanos con olor a brea (2015).
Y como compilador de la antología poética: “Espacio Mínimo” (2008), Ganadores
del concurso literario “Juan francisco Manzano, La Habana Vieja. Ha recibido
importantes premios en diferentes certámenes: Regino Boti (1990), Luís Rogelio
Nogueras (1995) y mención especial en el Concurso Internacional Nosside Caribe,
Editorial Letras Cubanas (2004). Su obra ha sido reseñada y publicada en varios
países.
Sótanos
con
Olor a Brea
(2015)
Sátiros en la Noche
Minutos antes de la danza
el fuego fue majestuoso.
Los vasallos bailaron
hasta quebrar las piedras
sin más ejército que la penumbra.
Avancé por entre los juncos
sobre el polvo
donde solía narrar historias
a los muertos
y el río casi durmiente
apenas se dejaba escuchar.
Aquella danza haló mi cuerpo
hacia el collado.
Misterio y reposo parecían mezclarse
y al verme entre las brasas
los vasallos
se despojaron de su túnica
y fui testigo de la tibieza
con que se ama la barbarie.
Pude sentir la gloria
el saliveo
los mordiscos
en un ritual
donde ya éramos sátiros.
Desde la explanada
lo nogales sucumbían en la noche
y a la luz de un candil
los sexos se mostraban
como en un laminario.
El rito calcinaba los ojos del vidente.
La danza
es su abisal destello
fenecía.
Escipión
Así era mi sueño.
Verte venir por los acantilados
hacia la playa
como alguien que el mar
le ha devuelto la vida.
Así de simple ha sido.
Así de simple te has mirado
para no devolver el temor
ni la ausencias.
He quedado a la orilla del mar
tal vez por tu venida
o por el sensual destello
que despiden las tardes.
Te veo venir.
y rozo con mi cuerpo el arrecife.
La túnica de percal recuerda las noches.
Clásicas noches en Alejandría.
Muelle
de Luz
A Luís Cernuda
Vendrá el mar a
incendiar
al diente-de-perro.
Vendrá la noche a
acuñar
nostalgia y salitre.
Vendrán los amores
prohibidos
a contemplar esa
luna
que los charcos
sostienen.
El
Susto La Brevedad El Equilibrio
Con el tiempo el
amor llega a impacientarnos.
Tomo conciencia de
lo que puede vivirse
y cada amanecer es
un cristal enorme.
La historia de mi
casa la resumo
en levantarnos y
arrojar la comida
del día anterior
al cesto de la
basura.
Hasta ayer los años
golpearon nombres
que ya no existen.
Abro los ojos a la
rompiente alegría del amor
y el susto la brevedad el equilibrio
brotan como resina.
Siglo
VI Antes de Cristo
Por el ancho sendero
que da al mar
todas las tardes el
esclavo
entraba a un bosque
de bambúes.
Podía observarlo.
Hasta palpar su
carne
despojada de las
telas.
La espalda el torso
dibujaron la sed
sobre la hierba árida
y el sonido de los
bambúes
daba la sensación
de una total
intimidad.
El esclavo abría su
cuerpo a los placeres:
frugalidad repartida
por toda la estancia
acaso pulpa
o resina
en las tardes de
septiembre.
Qué has hallado en
el amor.
Qué has hallado más
del sometimiento.
—Exhibirlo tal vez.
Como el que exhibe
un trofeo
a los comerciantes.
Ciudad
Inexistente
Con el cañonazo de
las nueve
he puesto los
recuerdos en vilo Carlos III
ya no tiene el matiz
de aquellos años
(donde era lógico
amar la realidad
pese al descontrol y
la desidia).
Recuerdo que las
estatuas
eran montoncitos de
arenas ilegible
de barro crudo
que podíamos
chapotear agua
como niños en jerarquía.
Antiguos edificios
daban fastuosidad
al guiño de los
amantes
al orine bajo las
piedras
sin importar la
pátina en las paredes.
Quedaba el gusto por
los Beatles
por el alcohol
por una María Callas
que resurgía de la
música.
Allí estábamos
silenciados por una
bombilla de mercurio.
Hoy vuelvo a Carlos
III
a una ciudad
inexistente.
Con
los Años
A Pablo
Con los años
la poesía escarba en
el hueco
de aquellos
silencios que no soportamos.
Los poetas se venden
o se alquilan
y hasta escriben su
propia sátira.
Ver las barcas
desde un aire casi
oscuro
asombrarse del
lavabo mal construido
resultan imágenes
que el poeta
ya no quiere
expresar.
Sótanos brea y salitre
reparten su lumbre.
Abro zanjas a la
soledad
y la poesía
ata un bosque al
recuerdo.
Con los años
escribirte es un
error.
Dejo al poeta en la
ventana
y te hago amar
repetidas veces.
Portadas del Libro:
Sótanos con Olor a Brea.
Autor: Ramón Elías Laffita.
Editorial: Letras Cubanas (2015).
Ediciones: Unos & Otros (2016).
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